sábado, 16 de marzo de 2013

Premio empresa de Gordexola


GORDEXOLA

Tiro global hacia la innovación

EL NOVENO PREMIO ENKARTERRI HOBERANTZ RECAE EN LA FÁBRICA DE CARTUCHOS PARA ARMAS CARMUSA
ELIXANE CASTRESANA 
El gerente, José Marina, hijo del fundador, en su despacho
El gerente, José Marina, hijo del fundador, en su despacho (E.Castresana)
RECIÉN llegado de una feria en la localidad alemana de Nuremberg, José Marina se dirigió ayer a Sopuerta para recoger el premio Enkarterri Hoberantz, que entregan el centro San Viator de Sopuerta y la Mancomunidad de las Encartaciones en reconocimiento a la innovación en el tejido empresarial de la comarca. La fábrica de cartuchos para armas que fundó su padre en Gordexola en 1964 exporta a 40 países de todo el mundo y acaba de lanzar un cartucho elaborado con productos biodegradables.
"Estoy muy orgulloso de recibir este reconocimiento", aseguró en la sede de la empresa, colindante con su casa. Su padre nació en Cuba, donde habían emigrado sus abuelos en busca de oportunidades. Regentaban una ferretería en La Habana en la que comenzó su afición por el tiro. A su regreso a Enkarterri fundó Carmusa y logró su sueño de participar en los Juegos Olímpicos de México en 1968 y Montreal en 1976 en la disciplina de tiro al plato.
Su hijo José cogió el relevo al frente de la fábrica y ha liderado su expansión. "De alguna manera nos anticipamos a la globalización cuando hace 18 años apostamos por abrirnos al exterior", afirma. Entonces comenzaron a desplazarse a ferias por los cinco continentes que les han ayudado a establecer contactos y mantenerse al día de las últimas novedades del mercado. A día de hoy, de la fábrica de Gordexola salen alrededor de 40 millones de cartuchos al año. Así, el estallido de la crisis les ha afectado, aunque no tanto como si se hubieran concentrado en el mercado doméstico. "Con nuestra presencia en varios países también diversificamos el riesgo", expone el gerente de Carmusa.
Miles de cajas se apilan en los almacenes esperando salir hacia sus destinos mientras que en el laboratorio de la fábrica se prueba el correcto funcionamiento de los cartuchos. En Alemania, la empresa presentó su último producto: un cartucho elaborado con un plástico vegetal que se disuelve en el agua y se desvanece en la tierra en cuatro horas. Además, "se reconvierte en compost, con lo cual la hierba crece con más vigor". "Este tipo de artículo no existe a nivel internacional", destaca.
San Viator, la Mancomunidad, Enkarterrialde, Enkartur, la SPRI, la Cámara de Comercio de Bilbao y la Diputación Foral de Bizkaia han valorado esa capacidad de reinventarse a la hora de otorgar la novena edición del premio Enkarterri Hoberantz
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