"La gente joven tiene que disfrutar a tope de cada final del Athletic"
Taramona, que viaja siempre a Europa con el equipo, sueña con ganar la Copa
arkaitz aramendia - Miércoles, 22 de Febrero de 2012
José Antonio Taramona posa durante el último viaje realizado con el Athletic a Rusia, donde los 'leones' se midieron al Lokomotiv. (Zigor Alkorta)
José Antonio Taramona (Gordexola, 1951), socio del Athletic desde hace quince años -su mujer Marisa y sus hijos Alex, de 36 años, y Antxon, de 23, también lo son-, lleva muy dentro su sentimiento rojiblanco. Una pasión y un amor incondicional hacia los leones que ha derivado en que, desde que se casara hace ya muchos años, no se pierda ningún desplazamiento europeo de los rojiblancos. "Siempre viajo con mi mujer y con la bandera de la Peña Gordexola -de la que él forma parte- para seguir al Athletic por toda Europa. Son muchos años haciéndolo y, a pesar de que para ello nos tenemos que privar de ciertas cosas, la verdad es que merece la pena". Y es que, tanto él como Marisa -su mujer- viajan a bordo de la expedición oficial del Athletic "por escasez de tiempo para hacerlo de otra manera" cada vez que Europa llama a la puerta. Una costumbre y casi un modo de vida que comparten con otros aficionados con los que, después de tantos años, ya han formado una especie de "familia rojiblanca". "Siempre solemos ser los mismos los que viajamos con el equipo y se crea un ambiente muy bueno. Mi mujer es tanto o más del Athletic que yo, así que no tuvimos muchos problemas para ponernos de acuerdo en que teníamos que viajar con ellos".
Sin embargo, Taramona, dueño de los talleres que llevan su apellido en Zorrotza y Sondika, tiene muy claro que, a pesar de la importancia y de lo bonito que es poder jugar en Europa, la Copa aún mantiene viva en él esa llama especial. "La Copa es nuestra verdadera competición; por el ambiente que se crea, por todo lo que hemos vivido en ella y porque es en la que tenemos más posibilidades de conseguir un título". Así, tras reconocer que solo viaja a los partidos europeos y a un par de encuentros ligueros por temporada, Taramona echa la vista atrás para recordar con emoción que ha tenido la fortuna de estar presente en tres finales de Copa, la última de ellas, la disputada en 19977 ante el Betis en el Vicente Calderón.
"Fue muy bonito poder disfrutar de aquella final, pero también muy duro ver cómo se nos escapó aquel título". Una cita que, a pesar del paso de los años, no se borrará jamás de la memoria de Taramona, que no pudo estar en la de 1984 ante el Barcelona al coincidirle con la comunión de su hijo Alex, ni en la última celebrada hace tres años en Valencia, al no tocarle entrada como socio -su hijo Alex si fue agraciado con un billete-. "Como no me tocó entrada, decidí ir a San Mamés, donde pusieron unas pantallas gigantes", recuerda Taramona antes de añadir que "fue una auténtica fiesta y una locura cómo estaba el campo aquel día; ¡parecía que la final era aquí!". Así, haciendo gala de una inquebrantable sonrisa en forma de recuerdo de lo vivido aquel 13 de mayo de 2009 con miles y miles de aficionados rojiblancos -aunque, con la pena de que no se pudiera conseguir el título-, advierte que en su casa siempre tiene colgada una bandera del Athletic, pero que "el día de la final contra el Barcelona tendremos que poner seis, ya que una final es algo único".
nueva oportunidad Una nueva final ante los culés que Taramona ya vislumbra en el horizonte y a la que tiene claro que irá con su mujer "si tenemos la suerte de que nos toquen entradas", aunque asegura que "si nos tocaran a nosotros, pero no a nuestros hijos, se las daríamos a ellos, ya que es la gente joven la que tiene que disfrutar a tope de cada final del Athletic, ya que nunca se sabe cuándo será la próxima". Quizás por ello, pensando en que la mayor parte de aficionados puedan estar con el Athletic en la final de Copa, Taramona tiene claro dónde le gustaría que esta se disputase. "Ojalá fuese en el Santiago Bernabéu, aunque parece que va a ser imposible. De no poder ser allí, el Camp Nou no estaría mal porque entraríamos casi todos", admite instantes antes de subrayar que "sea donde sea, habrá que disfrutarla a tope para intentar sacar de nuevo la gabarra".
Una fiesta, la de la última gabarra, que todavía le producen escalofríos a Taramona, que la recuerda con gran emoción y acerca de la cual asegura que "aquello fue casi insuperable, pues nos echamos todos a la calle para festejar aquel título y lo disfrutamos al máximo. Ojalá podamos repetir experiencia dentro de unos meses". Un deseo en forma de sueño que, al igual que Taramona, socio y amante de por vida del Athletic, comparten todos los aficionados rojiblancos, ansiosos por poder disfrutar, muchos años después, de un nuevo título copero.
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